martes, 28 de febrero de 2012

Le monde de Delphine de Lorme

    Entre trabajo y trabajo, me gusta ver qué hacen otras personas. Leyendo blogs, me encuentro con bloggers que invitan a "no copiar" sus proyectos. Esto me trae a la cabeza una frase de Coco Chanel que he leído recientemente en el libro "Bolsos, El poder de un accesorio, de Anna Johnson": "El día que nadie me copie, me echaré a llorar"
    Veo prácticamente imposible copiar determinados trabajos, pues las manos de cada persona se dirigen por sí misma, tienen su estilo propio, su trazo...    

   Siempre que puedo elijo no copiar, prefiero hacer lo que surge de mí misma, lo que imagino en mi mente y creo que va a quedar bello (aunque no siempre quede tan genial como lo imaginaba...).
   Al mismo tiempo, creo que mirar el trabajo de otras personas ayuda a abrir la mente, a eliminar barreras, a que fluyan las ideas... De pronto, algo que te estás imaginando para un mueble, lo ves "similar" en otra pieza totalmente distinta, y te das cuenta de que en tu mueble ¡no va a funcionar!; o estás pensando en un color que "no terminas de ver en tu mente" y viendo un cuadro ¡aparece ante tus ojos "ese color"! Justo lo que soñabas sin saberlo, y por fin te decides a pintar tu mueble porque has encontrado el color que buscabas.
   Cada uno tenemos distintas habilidades, se trata de "explotar" las buenas y "minimizar" la huella que dejan en nuestros trabajos las menos buenas. 
   Hoy quiero presentaros como fuente de inspiración a la polifacética artista parisina Delphine de Lorme

domingo, 26 de febrero de 2012

Restauración de una mesita de almoneda apolillada I

   Llevo un tiempo trabajando con esta mesita de noche de almoneda, que ya os había presentado en otro post:
    Presenta mucho ataque de carcoma, aunque todas las tablas son recuperables; no va a ser necesario sustituir ninguna.
   Para identificar si aún puede haber carcoma “viviendo” en un mueble, hay que observar los agujeros: si hay restos de serrín es posible que la carcoma siga presente; si en lugar de serrín en los agujeros se ven restos de polvo, la carcoma puede haber atacado la madera por un tiempo, no permaneciendo ya en ella. ¿Cómo confirmarlo? Yo lo hago observando si aparecen agujeros nuevos ¡no conozco otro método! (¿?)

miércoles, 22 de febrero de 2012

Qué vas a necesitar en todos tus trabajos

1. Grandes dosis de paciencia, paciencia y paciencia:   Por mucho empeño que pongas, vas a tardar "un poco" en ver el resultado final. Yo lo tengo taaaan asumido que mientras trabajo nunca pienso en el tiempo. El tiempo es una medida no aplicable al arte: "el arte es atemporal, hasta cuando se realiza". Si eres de los que buscan resultados inmediatos ¡encarga el trabajo y que te lo hagan! Empezar la tarea para dejarla a medias es tiempo que se puede aprovechar más y mejor en otras causas.

2. Espacio propio:   El lijado genera una cantidad de polvo que llega al rincón más recóndito de la casa. Los productos decapantes, así como disolventes y tratamientos para la carcoma... huelen muy fuerte. Esta claro que necesitas un lugar donde "no molestes ni seas molestado" (cuando tus piezas estén secando preferirás que nadie las toque...), así, cuanto más "independiente del mundo" sea tu lugar de trabajo, mucho mejor ¡para todos!

3. Luz:   ¡Vital! y si es natural muchísimo mejor.

4. Alegría:   Como todo en la vida, lo que se hace con alegría, sale mejor, así que antes de empezar, ¡sonríe!

5. Ganas de aprender:   ¿Qué es lo que vas a restaurar? Estudia el mueble ¿qué necesita? A partir de ahí, infórmate ¡pero no de cualquier manera! Selecciona la información que te llega, aprende de quienes saben más que tú... ¡¡pregunta!! Necesitas definir qué vas a hacer y cómo lo vas a hacer. Como sugerencia: nunca creas que ya lo sabes todo... porque ese día te habrás negado a seguir aprendiendo, y dejarás de "crecer".

¿Lo tienes todo listo?

sábado, 18 de febrero de 2012

Bienvenid@s al mundo de la restauración

   Para empezar, esta mesita de noche, con la que me hice emocionada a no poder más. La fui a ver y no me lo pensé dos veces. La quería e iba lista para llevármela, para lo que me había preparado un sencillo medio de transporte.
El "medio en cuestión" es lo que parece: un carro de la compra sobre el que descansa la mesita, con los cajones "hacia dentro" -para evitar que se salgan durante el camino-, sujeta con dos cinturones, unidos entre sí por las hebillas. Va perfecta.
   No hace falta una furgoneta trasladar un pequeño mueble en una distancia corta, sólo es necesario ver de qué se dispone e ¡invertar cómo llevarlo! ¿Qué te parece este invento? Yo le veo múltiples ventajas: cuando se acabe su vida útil es reciclable, no contamina, influye positivamente sobre la salud del conductor (en este caso, una servidora), no pagas por aparcar en zona azul... ¡todo ventajas!

viernes, 17 de febrero de 2012

La imaginación es tu arma más poderosa

   Hace un tiempo trabajaba en una multinacional del sector de la construcción. En una reunión anual de planificación de objetivos, el Director Comercial - que era un gran líder y sabía muy bien cómo motivar - nos contó, como final de su discurso, la historia de "el perrito, la pantera y el mono":
   Érase una vez un hombre que se fue de safari llevándose su perrito, uno de esos que casi cabe en la palma de la mano. Le advirtieron que podía ser peligroso para el animal, pero el hombre se lo llevó.
   Estando ya de safari, olisqueando, distraído, el perrito se fue alejando de su dueño... cuando, de pronto, se hayó totalmente perdido. Mirando alrededor vió un gran animal muerto, semidevorado por las bestias "¡Esto no me gusta nada!" pensaba el perrito cuando a lo lejos... avistó una pantera ¡que parecía acercarse hambrienta!. El perrito pensó "¿Qué hago? Esa pantera es mucho más grande y fuerte que yo ¡Me va a devorar!" Entonces ¡idea! Se fue hacia el animal muerto y se puso de espalda
s a la pantera, a decir bien alto: "Esta bestia que he matado está deliciosa, ¡voy a comérmela entera!" La pantera, que le oyó, al no reconocer qué clase de animal era aquel que le resultaba tan pequeño y peligroso al mismo tiempo, frenó en seco, y optó alejarse. El perrito, al verla de reojo, respiró tranquilo. 
    Un mono, que había visto toda la escena desde las ramas de un árbol cercano, gritó: "¡Estúpida pantera! Ese animal es sólo un perro, no puede matarte y se ha reído de tí" La pantera nunca había visto un perro, pero se sintió tan indignada, que volvió corriendo hacia el perrito dispuesta a darle muerte y devorarlo. 
   El pobre perrito al oir al mono pensó que entonces si estaba absolutamente perdido "¿Qué voy a hacer ahora? No tengo salvación" Pero pensando y pensando... se le ocurrió una nueva idea. Se sentó, nuevamente de espaldas a la pantera, y cuando la sintió cerca dijo, bien alto: "¿¡Dónde estará ese mono!? ¡¡Hace más de media hora que le mandé a traerme una pantera para comérmela!!" La pantera sin dudarlo se alejó corriendo, enfadada con el mono (...)
   Moraleja: Sé creativo como el perrito, no seas tan tonto como la pantera, y nunca, nunca seas tan rastrero como el mono. Y, ante todo, ten presente: En momentos de crisis, sólo la imaginación supera el conocimiento y los recursos

  Esta es la parte más importante: la imaginación. Cerrar los ojos e imaginar, viendo más allá de lo real, podemos soñar lo que queramos...  así, muebles que ahora vemos "para tirar", quizá muy pronto los estemos soñando con otro aspecto, otras funciones, llenando otros espacios... y teniendo otra vida. ¡Estoy segura de que vas a encontrar la forma de dársela!
   Yo te voy a contar cómo voy dando esa nueva vida a las piezas que recupero. Algunas requieren restauración, otras se mantienen en buen estado, aunque su aspecto resulte obsoleto, con lo que el trabajo consiste en "rediseñarlas"... a cada pieza intento darle "lo que siento que pide".
   Hay muebles maravillosos escondidos, esperando que alguien (que vea todo lo que pueden dar) los encuentre. Almacenados en trasteros, garajes, pisos pendientes de derribo, casas abandonadas... son muchos los lugares donde podemos hayar un "tesoro"; luego, de nuestra creatividad, nuestra disposición para el trabajo, y de nuestros ojos y manos... depende que recupere su esplendor y luzca la "joya" que es realmente. 
   ¿No os han entrado nunca ganas de revolver por el desván de alguna casa vieja? Seguro que bajo las capas de polvo y olvido, hay auténticas preciosidades, y de unos materiales excelentes, llenos de vida.
                                   Bienvenidos a mi Desván... ¡tambíen es vuestro!